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A las 6 y pico

Supalí

Antorchas encendidas

Arden tus ojos a la vereda de un crepúsculo lunar
no eres sino, un ser que también amanece,
espectro reluciente de virtualidad imaginable.

Arden tus ojos al sur de lo palpable
donde crecen encantados,
destellos de detalles entallados.

Arden tus ojos como antorchas encendidas
caparazón enloquecido, y yo te pido,
astro inexplorable, mayúsculo planeta diurno,

Déjame ser, corazón de Saturno,
veleta de tu alma habitable
anillo de Júpiter, corcel indomable.

Luz que nada

Luz que nada -No me mires con ojitos de mármol
que el cristal de mis retinas
puede romperse al mirarte-

Dibujas mariposas centenarias
al borde de una vena herida.

A tus pies, llueve el llanto
bajo tus zapatos,
se mueve el mundo rojo.

Parpadeas y tus ojos
se disfrazan de claveles,

Se confunde la sangre
en los aullidos
llenando ecos sordos
de una cúpula de sueños dorados.

Ausente siempre
en el fondo de los fondos,
como solitario árbol desnudo
en lo alto de una cima.

Quisieras convertir los maremotos
en hogueras de plata,
mientras el frío camina a gatas.

Quisieras, sin ser siquiera
fósforo encendido,
luz que nada
en una inmediata mirada.

Sin ti

Sin ti Ayer, mientras la última luna
desplegaba pergaminos,
rendí culto a tus brazos
durante toda la noche.

Ayer, rodaron besos
alrededor de las columnas
que bordeaban camas redondas
y escuché a Serrat
desde un taburete cacereño.

Anoche, fue el otoño
que no recuerdo,
que no recuerdo sin ti,
porque anduviste en el pasado
y en el presente no vienes.

Asique, recogí tu aroma
y lo respiré
dejando al aire sin pulmones
durante toda la vigilia.

Anoche, soñé despierta
que las letras se borraban
y que jamás, volvería la serenidad
que me aportaba tu presencia.

Esta mañana
la despedida que tarde o temprano llegaría
nos ha dado la mano,
intentando soltar las nuestras
Por eso, anoche
no quise soltarte,
no quise dormir,
tampoco despertarte.

Anoche supe que no sería
una noche cualquiera,
supe que tu cama
ya no se acuerda de mí,
porque sus sábanas se impregnaron
de otras esencias
y supe
que la luz que nos iluminaba
optó por inmolarse
por no poder soportarlo.

Sabes que te quise bien.

Anoche me di cuenta
que la eternidad existe
y esta mañana me derrumbé ante el espejo
suplicando;
no te vayas nunca.

Pero se aproxima la hora
de desandar el camino que cruzamos.

Mi mano derecha

Mi mano derecha No sé si algún poeta muerto,
un ser autodestructivo
o una persona de destiempos,
pero no soy yo quien escribe
sino mi mano derecha.

Me transporto a un mundo lejano
como hoja seca, tan sencillo
como atravesar el marco de una ventana,
buscándome entre palabras desconocidas
y farolas de otros versos.

Mis pasos transitan por los lugares
que ilustran las enciclopedias
y se paran a mirar desde el lugar
donde lo hicieron los poetas.

No sé si escribo versos,
solo intento dar forma a lo que siento
y sentido a lo que no comprendo,
es mi manera de decirte lo que veo.

A Luis G. Montero.

A Luis G. Montero. Mirada de labios perfilados
casualidad o destino,
dímelo tú, que te dicen poeta.
Pálida piel de perfumes secretos.

Acuérdate, el viento danzará
al compás desmedido de los versos,
rompiendo el universo sonoro
de nuestras conversaciones.

Tú, ya quedas en la historia.
Yo inicio la mía.

Una vez, alguien calmó el vacío de la ignorancia
con suaves sonetos que ponen voz al silencio,
y allí, en la biblioteca del cortijo,
entre cientos de portadas,
mi dedo señaló tu obra
y se abrió por siempre en la memoria
la certeza de saber
que transitamos las mismas ilustraciones.

Intento mirarte a la cara
y te pregunto;

¿Cómo te sentiré yo?

Y en la lejanía, un susurro;
Aun es pronto para saberlo todo.

Vendrás a rogarme,
a rendir tus súplicas
a mis eternas arrogancias,
volveras
a rendir tus palmas
a mis consecuencias.

¿Eres acaso el torbellino
que bloquea la monotonía?

¿Eres pues,
consonancia de la historia?

Ruegame pues, que me quede
a envejecer cada noche contigo.
O márchate,
a torcer giros desbocados,
donde los momentos impares
queden huecos
en la vigilia del lugar
que no te encuentro.

La esperanza es la salvación de los cobardes
que apoyados en el tiempo, van perdiendo amaneceres.

Respiro como viento helado
al compás de los volcanes
Arriesgada conclusión,
El impacto se vuelve lava.

multiculturalidad

multiculturalidad De pronto nacemos y vamos creciendo, y un día cuando nos damos cuenta que tenemos uso de razón nos identificamos, nos sabemos un yo, y miramos a nuestro alrededor, miramos y vemos como nos acogen 4 paredes como nos rodea un padre y una madre, sin todavía saber que son blancos, asta que vas por la calle y te sorprende alguien que piensas que a tomado el sol más que tu, lo miras curiosa sabiéndote ya blanca y por fin sabes que no todos tenemos la misma piel, y que algún gilipollas inventó el racismo. Te paras piensas y dices ¿de donde viene el?

Y llegas al colegio al que tu no eliges ir, donde creen enseñarte el mundo a través de la escritura, a través de su escritura, porque es probable que ese negro con esas letras no te entienda ni comparta tu Dios, pero te enseñan la que ya suponen TU cultura, y te avasallan intentando mostrarte un modelo de realidad a través del cual podemos dar sentido a nuestros comportamientos, es decir, nos van construyendo a su manera a su imagen y semejanza, intentando trasmitirnos una cultura de élite, hoy moldeable no a tu manera ni a la mía sino a la de ellos, porque continuamos creciendo y nos vemos semejantes para despistar a la diferencia y nos vemos diferentes para no sabernos iguales y por ello debemos compartir un contexto común para según dicen, no caer en el conflicto.

Y al principio se nos muestran cerrados con tanto yo yo yo, y el otro, pero no los queda más remedio que ir abriendo los ojos y observar al nuevo y sin querer te relacionas o queriéndolo y llega un listo y lo llama multicultural, ¿ahora surge la multiculturalidad? Acaso no era ya el ser humano es nómada por naturaleza y desde luego sexual,
¿no vino ya el mestizaje vino ya con Adán y Eva?.

Tú eres yo

Tú eres yo Enkarmada, dócil, ausente
A favor de nuestras mentes,
Llegas a mí sin estar yo
Y me voy contigo
Del lugar donde no fuimos.

No soy la mitad de ti
Sino la otra parte de lo que eres
Entonces,
Tú eres yo
Y yo sin ti no me encuentro.

Enkarmada, dócil, presente
En mi cuerpo
Y tras el tuyo
En un solo ente,
yo soy a través de ti, tan yo

Podemos ser

Podemos ser Algunas personas piensan
que estamos al borde del abismo.

Alguien avistó una playa
donde no volaban las gaviotas.
Pero yo se
que podemos allanar cualquier camino,
Y que podemos levantar las lápidas
De nuestros pozos imaginarios.

Ven, acércate
Vamos a pasear juntos,
Vamos a hacer como si tuviéramos alas
Algunas personas pueden hacerlo.
Y si te digo que pueden
Es porque creo
Que podemos ser,
Lo que queramos.

Allá donde reposan los cementerios

Allá donde reposan los cementerios Me calmo en mi propia serenidad
Buscando facciones en la ventana
Y quisiera encontrar una música
Capaz de vaciar todo lo que me sobra.

Quisiera flotar con el humo
A la tranquilidad que me hace sentir plena.
En estado ausente, viajo sola
Al tejado de enfrente
Buscando respuestas a verdades
Que dejaron de serlo.

Y respiro profundamente y me consumo,
Como un cigarrillo o una taza de té
Que deja de ser taza
Para formar parte
Del único calor que me queda.

Quisiera encontrarme en un horizonte lejano,
Allá donde reposan los cementerios
De los que han sido olvidados,
Porque acabo de morir en una mente,
Como muere el hombre
Que se sabe inmortal,
Hasta que muere.

Yo no soy aire...

Yo no soy aire... Yo no soy aire,
soy un obstáculo que hace girar faldas
y convierte el charco más pequeño.

Yo no soy fuego,
sólo astillas,
soy la chispa que descoloca el viento.

Yo no soy agua.
El corazón cerró anoche por descanso del personal
y ha dejado de palpitar.

No soy aire, ni fuego, ni agua,
sólo tierra
esparcida en ninguna parte.